Mucho se dice sobre los efectos de la llegada de una cadena de farmacias a una localidad o una franquicia sindical. Las asimetrías económicas, la falta de cumplimiento de la legislación y otros problemas cambian radicalmente el panorama de la venta de medicamentos de un lugar. Capital Federal es la clara muestra de esto. Pero no la única. La noticia de que en Resistencia cada semana cierran nuevas farmacias chicas por la llegada desaforada de Farmacity es la punta de un ovillo de desastre para el sector independiente. Esta semana, en Tucumán, farmacéuticos salieron a denunciar cómo cambió la dispensa de remedios por el accionar de las cadeneras.
En varios medios locales, el tema del mercado farmacéutico quedó expuesto ante las declaraciones del presidente del Colegio de Farmacéuticos, Fernando Esper. “Hay dos situaciones muy puntuales que transformaron la realidad de las farmacias en Tucumán. Una fue el desembarco de las grandes cadenas de farmacias con varias sucursales y mucha cantidad de empleados y luego las farmacias 24 horas. Estos dos tipos de estructuras, sumadas a otros factores, cambiaron el modo de trabajar y desordenaron algunas cosas”, dijo Esper.
“Se debe considerar que hubo 20 años de descontrol en la Argentina porque el decreto de Cavallo de 1991 que permitió a kioscos, drugstores y almacenes expender medicamentos de venta libre significó autorizar a que todos opinen de medicamentos y que muchos, lo hagan sin saber”, precisó Esper.
La tendencia, según el farmacéutico, es que continúe el avance de “megas farmacias” y se impongan en el mercado. “El problema es que eligen el microcentro o las zonas muy transitadas y perjudican igual a las pequeñas farmacias barriales que deben cumplir turnos y cubrir costos con menores ventas”, denunció Esper.
El gran cambio que surgió en Tucumán tiene que ver con la atención. Así, tal como manda la ley, las farmacias cuentan con su director técnico titular. Pero en la práctica, los vendedores de estas cadenas muchas veces cumplen las funciones exclusivas que tienen los profesionales. Por ejemplo, la sustitución de un medicamento por otro.
Los consumidores afirman que son asesorados por personal, que viste chaquetas blancas como si fueran farmacéuticos y ofrecen otros remedios sin tener los conocimientos de un experto.
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“Hay una cuestión de costos que también impide a la farmacia a que todos los empleados sean farmacéuticos y es que el salario actual ronda los 4 mil pesos más su asistencia y otros conceptos. Sin embargo, la sustitución solo puede ser realizada por un profesional”, destacó Esper.
La situación que vive Tucumán capital se repite en cada ciudad que las cadeneras llegan y se adueñan del mercado. En Resistencia, capital de Chaco, el sector independiente aseguró ante la llegada de un nuevo local de Farmacity “no podemos competir con grandes cadenas”. Así lo firmó el presidente del Colegio de Farmacéuticos chaqueño, Juan Carlos Polini, quien señaló que este avance es posible porque “la ley los ampara”.
Por otra parte, el “reino de la cadena” sigue siendo Capital Federal. Cadenas como Farmacity, Dr. Ahorro o Vantage tienen el 34 por ciento del mercado y expulsan cada vez más a las farmacias independientes. Cifras oficiales confirmaron a MIRADA PROFESIONAL aseguran que estos capitales tienen más de 400 puntos de comercialización distribuidos en los principales barrios de Capital Federal. la ecuación es rigurosa: Estas cadenas bajan en número de farmacias privadas independientes y la contratación de puestos de trabajo desciende sin remedio.
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