E
n el reciente debate electoral de España, una de las propuestas realizada por el socialista PSOE a escasos días de las votaciones, es la de incluir nuevas proposiciones de afectación directa al sector farmacéutico y de las que nada se había conocido hasta ahora. En concreto, sus intenciones de “fortalecer el papel de Correos en el ámbito rural para que, a través de sus oficinas, puedan entregarse medicamentos”. Esto generó rechazo en las farmacias, que se vieron tan sorprendidas como indignadas por la propuesta de que se potencie el envío de tratamientos a domicilio.
“No podemos estar más en desacuerdo con el PSOE ya que equiparar el conocimiento y trabajo de un profesional sanitario altamente cualificado como es el farmacéutico comunitario con un mero reparto de medicamentos como si de un bien de consumo cualquiera se tratase es, cuando menos, una medida irresponsable”, apunta al portal El Global nuevo presidente de la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR), Jaime Espolita. Si bien no se conocen detalles de la propuesta, los farmacéuticos se hacen una serie de preguntas: ¿Para qué situaciones, zonas o pacientes se articularía este entrega de medicamentos? ¿Qué tipo de fármacos serían susceptibles de este servicio? Y, en función de ello, ¿quién sería el remitente? ¿Una oficina de farmacia previamente seleccionada por el paciente, por concurso público o directamente suministrados por la Administración? En definitiva, muchos interrogantes a los que el PSOE no ha querido responder al cierre de esta edición.
Los profesionales dicen que no se debe olvidar la alta capilaridad y accesibilidad de la red nacional de oficinas de farmacia. El 99 por ciento de la población dispone de farmacia en su propio municipio y 3 de cada 4 farmacias rurales se ubican en municipios de menos de 5 mil habitantes. Incluso en pueblos de ínfima población es habitual que exista una botica o, en su defecto, un botiquín farmacéutico, siendo en ocasiones el único servicio de la localidad. Eso lleva a otra reflexión: si en un pueblo ni siquiera existe un botiquín farmacéutico, ¿es de suponer que existirá una oficina de Correos? Cabe recordar que la propuesta alude literalmente a las “oficinas” para esta entrega, no al reparto en domicilios por sus empleados.
Sea como fuere, desde SEFAR recuerdan que “el farmacéutico rural se ha convertido en uno de los pocos ejes vertebradores de la España rural; la calidad en el servicio, la cercanía con el paciente y el esfuerzo de horas y horas de guardias no puede ni debe ser sustituido por un mero servicio de entrega de mercancía”, indica su presidente para añadir que “el principal damnificado sería el paciente”.