L
a resistencia bacteriana a los antimicrobianos (RAM) se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública del siglo XXI. Esta es la idea principal de un nuevo estudio sobre resistencia a los medicamentos, publicado en la revista científica The Lancet, denominado “Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis”, o “Impacto mundial de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos en 2019: un análisis sistemático”. El mismo calcula que más de 1.200.000 de personas murieron ese año por infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos, lo que supone un número mayor de muertes respecto a las que se asocian a otras enfermedades como el Sida o la malaria. La investigación refleja que el sida y la malaria causaron 860 mil y 640 mil. Hasta ahora, indica el estudio, se estimaba que la resistencia bacteriana a los antimicrobianos podría llegar a causar la muerte de 10 millones de personas en el año 2050. Aunque estas predicciones han sido puestas en duda, la OMS y numerosos grupos de investigadores "coinciden en que la propagación de la RAM es un problema urgente que requiere un plan de acción global y coordinado". Si no se controla, advierten los investigadores, su propagación "podría hacer que muchos patógenos bacterianos sean mucho más letales en el futuro" de lo que ya lo son hoy en día.
Hasta ahora, indica el estudio, se estimaba que la resistencia bacteriana a los antimicrobianos podría llegar a causar la muerte de 10 millones de personas en el año 2050
La resistencia bacteriana a los antimicrobianos se produce "cuando los cambios en las bacterias hacen que los medicamentos utilizados para tratar infecciones sean menos eficaces". La consecuencia de la farmacorresistencia (a los antibióticos y otros medicamentos) es que ciertas infecciones sean cada vez más difíciles de tratar. "Estos nuevos datos revelan la verdadera magnitud de la resistencia a los antimicrobianos en todo el mundo y son una clara señal de que debemos combatir la amenaza", ha dicho el coautor del estudio, el profesor Chris Murray, del Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington. "Las estimaciones anteriores preveían 10 millones de muertes anuales por RAM para 2050, pero ahora sabemos con certeza que ya estamos mucho más cerca de esa cifra de lo que pensábamos", añade Murray. El científico ha pedido aprovechar los datos que se tienen para "corregir el rumbo" y también para impulsar la innovación en torno a este ámbito de estudio. El mismo concluye también otro punto a tener en cuenta y es la diferencia en el número de fallecimientos que existe entre países ricos y pobres. En los países de ingresos altos, la RAM provocó 13 muertes por cada 100 mil habitantes y se asoció a 56 fallecimientos también por cada 100 mil personas.
El nuevo informe de Global Research on Antimicrobial Resistance (GRAM) hace una estimación de las muertes relacionadas con 23 patógenos y 88 combinaciones patógeno-fármaco en 204 países y territorios en el año 2019. Para ello, se han utilizado modelos estadísticos para producir estimaciones del impacto de la RAM en todos los lugares –también en los lugares para los que no tienen datos–. Por un lado, la investigación calcula que la resistencia a ese tipo de medicamentos ha causado directamente 1,27 millones de muertes durante el transcurso de 2019; por otro, indica también que las infecciones resistentes tuvieron algún tipo de papel en 4,95 millones de muertes. Todas estas estimaciones se han realizado para 204 países, por lo que el artículo también concluye que, aunque es verdad que esta amenaza azota con más fuerza a países con ingresos bajos, también afecta en gran medida a países con rentas mayores. Los lugares en los que se ha detectado un mayor número de muertes directamente relacionadas con la RAM se ubican en África subsahariana y en el sur de Asia, con 24 muertes por cada 100 mil habitantes y 22 muertes por cada 100 mil habitantes, respectivamente. La dolencia se asoció a 99 muertes por cada 100 mil habitantes en África subsahariana y a 77 en Asia. "Dado que la resistencia varía tanto según el país y la región, es esencial mejorar la recopilación de datos en todo el mundo para ayudarnos a hacer un mejor seguimiento de los niveles de resistencia", ha solicitado la coautora del estudio, la profesora Christiane Dolecek, directora científica del GRAM, con sede en el Centro de Medicina Tropical y Salud Global de la Universidad de Oxford.