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egún datos de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), cerca de 4 millones de argentinos padece de asma, la enfermedad respiratoria crónica más extendida, que genera entre otras cosas el mayor ausentismo de menores. Pese a que puede generar cuadros graves, si el mal se controla las personas pueden tener una vida absolutamente normal. Para eso, explican los expertos, es necesario que cada paciente tenga acceso a los medicamentos y tratamientos más efectivos para su cuadro. Así lo dijeron en el macro del Día Mundial del Asma, que se conmemora el primer lunes de mayo, que habilita la semana de lucha contra la enfermedad, donde especialistas y entidades realizan diversas actividades para concientizar sobre los efectos de esta oatología. "Hoy sabemos que un diagnóstico en etapas tempranas del inicio de los síntomas y ser proactivo en el tratamiento hace que el asma pueda ser controlada; esto es importante para evitar las crisis de asma o exacerbaciones debido a que éstas se tratan con el uso de corticoides orales y su sobre uso puede producir numerosos efectos colaterales", resaltó Anahí Yañez, médica especialista en Alergia e Inmunología Clínica, quien además remarcó que "el control del asma es importante porque el paciente puede mantener una calidad de vida acorde a la edad cronológica, es decir hacer las actividades que quiera de acuerdo a su edad". La especialista explicó que "la base de los tratamientos permanentes para controlar el asma son los corticoides inhalados que disminuyen la inflamación y pueden ser asociados a los broncodilatadores de larga duración".
La base de los tratamientos permanentes para controlar el asma son los corticoides inhalados que disminuyen la inflamación y pueden ser asociados a los broncodilatadores
Los tratamientos con corticoides inhalados, en algunos casos combinados con broncodilatadores de larga duración, pueden permitir a las personas que tienen asma. En este sentido, Álvaro Teijeiro, neumólogo pediatra del Hospital Pediátrico de Córdoba, señaló durante una charla la semana pasada que "no se trata de aliviar los síntomas sino de tratar el proceso inflamatorio y esto implica un cambio en el paradigma". "Hay que dejar de utilizar la medicación rescatadora como único tratamiento para el asma, porque esa dilatación se pierde y el o la paciente se vuelve a sentir mal y no resuelve el problema", sostuvo Teijeiro. La falta de indicación de tratamientos de largo plazo tiene consecuencias: "En la actualidad las guías mundiales recomiendan este cambio de paradigma pero seguimos manejándonos igual que hace 50 años atrás y los pacientes no están bien controlados. Esto genera más visitas a guardias, más mortalidad, más internaciones", sostuvo. Y añadió: "Teniendo los tratamientos de largo plazo disponibles, la pregunta que tenemos que hacernos es por qué pasa esto, hay que cambiar la estrategia".
En paralelo, un nuevo estudio de uno de los laboratorios que produce corticoides inhalados demostró que "se alcanza un mayor control del asma con dosis regulares de corticoides inhalados", en tanto "sólo el 26% de los pacientes con un tratamiento a demanda tienen bronco-protección clínicamente significativa, mientras que en los que reciben el tratamiento proactivo regular (PRD) esa protección es del 100 por ciento". En la misma línea, Sergio Zunino, especialista en Neumonología del Hospital Italiano de Buenos Aires, indicó a Télam que "lo que estamos planteando es que no está indicado el uso de broncodilatadores como única droga para el tratamiento del asma". "Usualmente, cuando hablamos de rescatadores o broncodilatadores nos referimos a los de acción corta, estos son aquellos que tienen un inicio de acción de 3 a 4 minutos y que a las dos horas disminuyen y dejan de hacer efecto. Por eso los pacientes necesitan usarlo reiteradas veces a lo largo del día", señaló. Y continuó: "Ahora bien, existe otro grupo de broncodilatadores diseñados para durar 12 horas en el organismo. Este otro grupo es el que normalmente se asocia a los corticosteroides inhalatorios, y permiten un "2 en 1", una simplificación del tratamiento y un doble efecto: por un lado desinflaman y por el otro lado mantienen la vía abierta, dilatada". Zunino explicó que "este último es el tratamiento que hoy por hoy recomiendan las guías internacionales; sin embargo, cada paciente es un caso particular y siempre deben consultar con su médico".
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