E
n el 2017, un documento conjunto de la Argentina, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Federación Argentina de Cardiología (FAC) recomendó en el país el uso de un medicamento que combina aspirina, atorvastatina y ramipril. En el mundo, este tratamiento, denominado popularmente “polipíldora”, se utiliza para controlar la presión arterial y el colesterol en un solo comprimido, y gana terreno en la preferencia de los especialistas. En el texto de las entidades nacionales, se alertó la falta de impulso del fármaco en el país, y recomendó su uso. Cinco años después, un nuevo ensayo clínica afirma que la utilización del tratamiento baja los eventos cardiovasculares severos, como paros cardíacos. Se trata del estudio SECURE, que revelan por primera vez que la “polipíldora” que contiene las tres drogas “logra reducciones clínicamente relevantes en los eventos cardiovasculares recurrentes en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio”, según dijo Valentín Fuster, investigador principal del trabajo. "La polipíldora, por ser una estrategia muy sencilla que aúna tres de los tratamientos basales en este tipo de pacientes, ha demostrado su valor ya que el aumento de la adherencia implica que están siendo mejor tratados y, gracias a ello, tienen un menor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares", añadió. Los expertos argentinos analizan la utilidad de esta alternativa terapéutica, y aconseja su mayor uso.
La “polipíldora” nació hace 15 años como un desarrollo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España. "Sabíamos que la polipíldora era una gran estrategia para mejorar la adherencia, pero faltaba una información contundente que pudiera demostrar que esto se asociaba a un mejor pronóstico para nuestros pacientes. Así que esta es una gran noticia para para todos", celebró en diálogo con Clarín desde Barcelona el cardiólogo argentino Álvaro Sosa Liprandi, presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC). Por definición, la polipíldora contiene tres o más principios activos. La que se usó en el marco del estudio -y está disponible en Argentina- contiene 100 mg. de ácido acetilsalicílico (aspirina, que tiene efecto antiplaquetario), 20/40 mg. de atorvastatina (reductor del colesterol; en el país está la presentación de 20 mg) y dosis de 2.5, 5 y 10 mg. de ramipril (antihipertensivo). "La adherencia al tratamiento después de un infarto agudo de miocardio es esencial para una prevención secundaria eficaz", destacó en un comunicado distribuido por el CNIC José María Castellano, director científico de la Fundación de Investigación HM Hospitales y primer autor del estudio. Los resultados fueron publicados en The New England Journal of Medicine (NEJM). La prevención secundaria apunta, básicamente, a reducir el riesgo de nuevos episodios cardiovasculares en pacientes que ya superaron un evento.
En el país, pese al documento que presentaron las entidades cardiológicas argentinas, el uso de este medicamento combinado no tiene mayor recorrido. "En 2019 publicamos un consenso en América, en el que participó la SIAC, en el que establecíamos la enorme importancia de esta estrategia. Y con estos resultados estamos más convencidos que nunca. Disminuye la cantidad de eventos cardiovasculares y eso es tremendamente importante", subrayó Sosa Liprandi, en una nota con el diario Clarín. "Con respecto a la utilización de la polipíldora en términos generales estamos mal en Argentina y en todo el mundo", admitió el presidente de la SIAC. "El médico está acostumbrado a recetar los fármacos en forma separada. La mejora en la adherencia era un concepto más abstracto. En la conciencia del médico es muy importante la efectividad de la droga y ahora tenemos este dato: a partir de hoy sabemos concretamente que los eventos cardiovasculares son mucho menores con la polipíldora, por lo tanto hay un beneficio concreto para el paciente en términos de pronóstico", abundó. "Por eso esta es una enorme noticia para vencer la resistencia y cambiar el modelo de prescripción”. La segunda barrera la presenta el sistema de salud. "Hay obras sociales en Argentina que no aceptan todavía las combinaciones fijas. Algo insólito si tenemos en cuenta que las combinaciones fijas para hipertensión fueron declaradas medicaciones esenciales por la OMS". El estudio SECURE -que fue financiado por la Unión Europea- incluyó a 2500 pacientes de 7 países europeos que habían sufrido un infarto de miocardio, con una edad promedio de 76 años y múltiples factores de riesgo cardiovascular: 8 de cada 10 tenían hipertensión, casi el 60 por ciento diabetes y la mitad antecedentes de tabaquismo.
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